jueves, 6 de junio de 2013

Cara a cara


Hoy nos vimos cara a cara por primera vez.

Mi codependencia y yo nos vimos los rostros. Nos vimos a los ojos. Hoy tuve una crisis muy fuerte, una de las peores. Y logré verme a mi misma. Vi mi rostro desencajado. Mis ojos hinchados de tanto llorar. Me vi desfigurada de dolor. Vi mis interminables lágrimas rodar otra vez y bañarme el rostro.

Parecía un día normal. Fui a trabajar y la mañana transcurrió serena, llena de ocupaciones, platiqué con un gran amigo a quien desde hoy llamaré aquí "Salvador" y todo parecía estar en paz. Me sentía optimista, tranquila, alegre y de pronto... todo inició con una charla casual que por un mal comentario me desencadenó una crisis de dolor, ansiedad y ganas de morirme de nuevo.

Venía de regreso a casa, con una compañera de trabajo que por hacer plática me preguntó sobre mi divorcio. Le dije que ya faltaba poco, luego ella dijo: "lo bueno es que no tuviste hijos porque si no sería más difícil". Sé que lo hizo sin mala intención pero me dolió. Para mí nunca será bueno no haber tenido hijos bajo ningún aspecto que lo quieran tratar.

Luego en mi afán por cambiar la conversación le comenté que había comprado un nuevo juego de sábanas muy lindo para mi y que ahora quería comprar un nuevo colchón y le pregunté de forma casual si sabía dónde podía adquirir alguno de buen precio y calidad y ella dijo: "y para qué quieres otro colchón si ya ni tienes cama".

Yo me quedé muda... eso fue un balazo directo al alma. Ya ni siquiera me detuve a pensar por qué me había dicho eso mi compañera, o con qué intención, pero me dolió en lo más profundo.

Ya no le respondí nada, se dio cuenta que me hirió y me ofreció disculpas. Yo sólo medio sonreí, pero en cuanto llegué a casa de mis padres, donde vivo desde hace meses que dejé mi propio hogar para ponerme a salvo de las repentinas actitudes psicóticas de mi ex, entré a la recámara prestada y rompí en llanto.

Estaba conectada con mi amigo "Salvador" y le dije que estaba llorando y terminé vaciando todo mi dolor con él. No podía detenerme, mis ojos se volvieron un río de lágrimas, sentía un dolor en el pecho que no me dejaba respirar y hablando con él fue cuando de pronto miré hacia un espejo cercano y la vi. 

Me puse de pie frente a mi misma y vi el efecto que esta enfermedad del alma provoca en mi. Fue terrible. Fue como ver a un monstruo a los ojos y entré en pánico. Me invadió un tremendo miedo a mi misma. Por un momento creí que ya había perdido la razón, que ya estaba loca, demente, perdida.

Entré en crisis, lloraba como una idiota, me jalaba el cabello, temblaba sin control, sentía la imperiosa necesidad de salir corriendo y refugiarme en los brazos de alguien que me amara mucho... pero no había nadie.

Mi padre estaba dormido en su habitación no quise molestarlo y de haberme visto así, habría llamado a mi madre quien no habría dudado un segundo en llevarme a internar a un ¡hospital psiquiátrico! "Salvador" sabe porqué lo digo.

Todo parecía indicar que me tocaría tragarme de nuevo el dolor, el trago amargo de mi desdicha. Pero ahí estaba "Salvador" quien en la distancia hizo lo posible por hacerme entrar en razón, me recordó mil veces la Oración de la Serenidad y juro que la decía pero mi cabeza parecía no entenderla, no tenía ningún sentido. 

La crisis me hizo vaciarme, escupir dolor y más dolor. Necesitaba mi droga... hoy por fin entendí cual es mi vicio, mi droga, mi perdición. Mi droga es el refuerzo, el cariño, el apapacho, el reconocimiento, la dirección, el que alguien me diga si voy bien o me regreso. Eso es la maldita CODEPENDENCIA.

Hoy la vi así... con mayúsculas y en "negritas". Hoy por fin me dio la cara y pude entender cual es mi enorme problema, reconocí cual es mi adicción. Descubrí que cuando no tengo a alguien que me proporcione todo eso empiezo a generar ansiedad, que cuando tengo dolor busco corriendo el amor, la aprobación, los abrazos, el contacto, el consuelo de alguien a quien amo y si no lo obtengo entro en pánico y pierdo el control.

"Salvador" estaba ahí y me dio su ayuda en la distancia, pero no cae en mi "juego". No me da la dosis de amor y apapacho que necesito. Me orienta, me apoya, me aconseja... pero no me dice lo que quiero oír, lo que anhelo leer. Yo sé que él me quiere mucho, lo percibo, lo he sentido, lo veo en sus ojos, pero no acostumbra demostrarlo, es muy bueno, muy sereno, pero mi enfermedad me hace sentirlo frío. Sé que tengo su apoyo, su cariño sincero, su atención, quizá algo más... pero conoce mi problema, es muy inteligente y no cae en el "juego" de mi codependencia y eso me hace sentirme impotente.

Me da muchísima ansiedad no poder correr a sus brazos para que me consuele, no verlo como quisiera, no tenerlo cerca y eso despierta mi monstruo interior, él dice que mi mente me controla y me pierdo por completo. Tengo que encontrar de nuevo la luz.

Con mi ex, era lo contrario. Viví muchos años cegada de todos sus abusos porque él era una metralleta de "te quieros". Diario, a todas horas me decía que me amaba, me daba caricias, besos, abrazos, apapachos a morir, me tenía completamente dominada, "amaestrada" como cuando domesticas a una fiera que puede tragarse al domador y matarlo de un sólo zarpazo... pero no sabe que puede hacerlo.

Me domesticaron con amor, con lo que necesitaba. Diario mi ex me daba mi dosis de apapachos y alimentaba mi codependencia. Todos los días que yo me enfurecía por su mala conducta y sus vicios, bastaban unos cuantos abrazos, docenas de besos y varios "te amos"  acompañados de palabras suaves y eternas promesas para que yo (la fiera) me transformara en cachorro y volviera a caer como una estúpida de nuevo en su trampa. Cuando él se largó y me quedé sin la dosis pude ver la espantosa realidad y fue cuando reaccioné y ¡mandé todo al carajo!

Hoy por fin comprendí cual es mi adicción, mi droga. Necesito aprobación, necesito la guía, el amor de alguien a quien yo ame para sobrevivir, para fluir sin miedo a la vida, para sentirme segura de mi misma. Hoy que mi proveedor de "te amos" ya no está a mi lado y que "Salvador" aunque me quiere se niega a caer en mi "juego" me siento perdida... siento una terrible ansiedad. 

Esto debe ser lo que para cualquier adicto es el "síndrome de la abstinencia", en mi caso ahora comprendo que padezco dependencia emocional.

Este episodio me hizo llorar muchísimo. "Salvador" se desconectó y me recomendó que escupiera mi dolor en este espacio pero no pude. Las lágrimas secaron mis ojos al grado que me ardían mucho y ni siquiera podía ver ni mantenerlos abiertos, así que abracé la almohada ajena que me acompaña y lloré todo lo que pude hasta quedarme dormida, ahí sumida en mi lecho de mocos y llanto.

Dormí un par de horas y aún así desperté en un sollozo, con los ojos más secos que nunca, con un dolor en el pecho, ni siquiera había comido, tenía muchísima sed. Me levanté... me vi al espejo y la vi de nuevo.

Entonces hablé con ella y le dije a los ojos: "No me vas a vencer".

Tomé una toalla y fui a darme una ducha, comí algo ligero y regresé a mi computadora a navegar y encontré esto en Wikipedia.

Dependencia emocional

La dependencia emocional es un trastorno de la personalidad enmarcado dentro de las dependencias afectivas. Sin embargo, para otros autores, se trata de un trastorno adictivo, en el que el objeto que provoca la adicción es la relación de pareja, y su objetivo es llenar un vacío en el sujeto que la padece. Este trastorno se relaciona con las emociones y la capacidad o calidad para establecer vínculos significativos con otras personas. Al tratarse de un trastorno de la personalidad, tiende a tener un patrón crónico y estable a lo largo de la vida de la persona. Este trastorno presenta síntomas variados que dificultan su diagnóstico, desde la depresión reactiva, los trastornos obsesivos o los síndromes desadaptativos. En la dependencia emocional, el sujeto es controlado por su necesidad de la otra persona, y el intenso miedo a la pérdida y a la soledad contaminan el vínculo establecido en la pareja. La incidencia que presenta este trastorno en la población adulta ronda el 10%, según un estudio del año 2006 de la Fundación Instituto Espiral, y la gran mayoría de los afectados son mujeres (75%).
En sus relaciones amorosas, los dependientes emocionales manifiestan hacia su pareja un tipo de apego "ansioso", caracterizado por una continua necesidad de saber que es amado por su pareja, dificultades para llevar una vida independiente, búsqueda incesante del candidato a pareja y selección precipitada del mismo, miedo a no ser querido, miedo a la pérdida del objeto de su amor y celos frecuentes, ideas contradictorias sobre el amor y dificultad para romper aún cuando la relación sea altamente problemática y generadora de malestar para el dependiente. Existe otra variante de este tipo, llamada codependencia emocional, en la que los dos integrantes de la pareja son los afectados. Esto lleva a una continua tristeza y bajon emocional al no encontrarse en el mismo lugar. Está probado que las parejas que sufren este sindrome, (80% de los casos) tienen más éxito en su vida sentimental congenita.

Características del dependiente emocional

  • Necesidad de estar en pareja, intolerancia a la soledad.
  • Baja autoestima, la cuál provoca una necesidad de aprobación constante por parte de los demás, asi como un gran temor al rechazo social.
  • Dificultades para decir "NO": se anteponen continuamente los deseos y necesidades de los demás a los propios.
  • Relacionado con el punto anterior, encontramos que el dependiente emocional ocupa un papel de inferior en la relación de pareja, aunque eso no excluye que pueda suceder lo contrario, ya que también existe la "dependencia emocional dominante"
  • Sentimientos no resueltos de culpa, rabia, ira, aislamiento y miedo. Estos sentimientos, vienen sin ninguna causa, pero son eliminados por la pareja en cuestión al reconciliarse o escuchar un halago demostrándole su importancia.


Entonces ya se qué tengo, soy dependiente emocional. Lo que no sé es como voy a lograr vivir con esto sin hacerle daño a nadie.

"Salvador" fue quien me recomendó buscar un grupo de apoyo, encontré a Codependientes Anónimos, un grupo de 12 pasos. Apenas tengo 5 o 6 semanas ahí, empiezo a dar mis primeros pasitos para aprender sobre mis emociones, sobre la mente, aún tengo mucho miedo de no poder controlarme, no quiero perder otra vez.

Siento mucha ansiedad porque creo que no avanzo. Creo que doy dos pasos hacia adelante y tres hacia atrás. Me siento vulnerable, débil, perdida, es demasiada información, mi cabeza está atiborrada de conceptos y mi corazón rebasado de dolor.

Tengo que seguir repitiéndome la Oración de la Serenidad, ahora en partes, como me sea útil. Hasta que tenga sentido. Encomendarme a mi Poder Superior y pedirle a él consuelo, la dosis de amor que necesito porque nadie más me la va a proporcionar.

Me da mucho miedo quedarme sola. Me da terror pensar que me vuelva loca en el intento y que nunca jamás podré desarrollar una relación de pareja sana. No poder distinguir entre amar y depender.

Sé que mi enfermedad no se irá. Que será mi compañera de por vida... pero no quiero ser su esclava.

Hoy se lo dije cara a cara: "No me vas a vencer".

Sólo por hoy, así será.

Soy Paty, codependiente en recuperación.










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