"El amor sin ternura es puro afán de dominio y de auto afirmación hasta lo destructivo. La ternura sin amor es sensiblería blanda incapaz de crear nada".
Fernando Savater
Una vez alguien me dijo que no le gustaban los besos en los labios. Nunca alcancé a comprender porqué. Decía que era un invento de las telenovelas y de Hollywood y no permitía ser besado.
Fernando Savater
Una vez alguien me dijo que no le gustaban los besos en los labios. Nunca alcancé a comprender porqué. Decía que era un invento de las telenovelas y de Hollywood y no permitía ser besado.
No lograba experimentar ninguna emoción, ningún placer con ese noble gesto que es transmitir amor o deseo a través de un beso. Nunca lo entendí.
Cuando descubrí mi codependencia me di cuenta que yo necesitaba refuerzo emocional y físico, que tenía una enorme necesidad de ser abrazada, besada, confortada, amada, cuidada, protegida, sentir que era importante para alguien y me hicieron pensar que eso estaba mal.
Que depender de ese "refuerzo" del apapacho, del cariño es malo. Hoy comprendo que el basar la seguridad en alguien ajeno a ti es lo que no está bien, que enamorarse de un espejismo y basar tus expectativas de vida en una ilusión no es correcto.
Hoy entiendo que vivir con alguien sólo por ser confortado emocional y físicamente aguantando de forma indigna toda clase de situaciones, jamás será adecuado.
Pero el contacto físico, la necesidad de sentir el calor humano, la caricia suave, la pasión de un beso, el erotismo de un momento íntimo, el roce de las manos, la fuerza de un abrazo... nunca será malo.
Hoy día aún no tengo quien cubra para mi persona esa necesidad que no sólo es física, es desde adentro, de lo más profundo de mi corazón.
Porque no sólo quiero recibir, también anhelo compartir todo lo que hay en mi alma, en mi cuerpo, toda esa ternura y pasión que sé muy bien tengo la capacidad de entregar.
Y aunque empiezo a olvidar todas esas gratas sensaciones... no significa que no las necesite y que sea malo desearlas.
Sé que algún día mi corazón resucitará al amor. Por ahora no he buscado pareja... aunque no pierdo la esperanza de que entre todas las sonrisas que Dios ha mandado últimamente a mi vida encuentre una especial que me haga vibrar de nuevo.
Las malas experiencias vividas, el rechazo, el abuso, la traición me han hecho desconfiar... pero jamás seré una persona fría ni banal.
Sé que soy una buena mujer y merezco amar y ser amada, el amor nunca será malo, necesitar ser amado... tampoco.
Soy Paty, codependiente en recuperación.
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Septiembre 24
Permitámonos tener necesidades
Podemos aceptarnos a nosotros mismos como gente que tiene necesidad, la necesidad de consuelo, de amor, de comprensión, de amistad, de un sano contacto.
Necesitamos refuerzo positivo, alguien que nos escuche, alguien que nos dé. No somos débiles por necesitar estas cosas.
Estas necesidades nos hacen humanos y sanos. Satisfacer nuestras necesidades –creer que merecemos satisfacerlas- nos hace felices.
Hay épocas, también, en que además de nuestras necesidades normales, estamos particularmente necesitados. En esas épocas, necesitamos más de lo que podemos dar. Eso también está bien.
Podemos aceptar e incorporar nuestras necesidades y nuestra parte necesitada, a todo nuestro ser. Podemos asumir la responsabilidad por nuestras necesidades. Eso no nos hace débiles o deficientes.
Eso no significa que no nos estemos recuperando adecuadamente, ni tampoco significa que seamos dependientes de una manera enfermiza. Hace gobernables nuestras necesidades y a nuestra parte necesitada.
Nuestras necesidades dejan de controlarnos, y recuperamos el control. Entonces, nuestras necesidades empiezan a ser satisfechas.
Hoy aceptaré mis necesidades y mi parte necesitada.
Creo que merezco satisfacer mis necesidades y permitiré que eso suceda.